
Fotograma de Birdman, 2014
En algún lugar indefinido, un espacio virtual entre Los Ángeles y Buenos Aires, dos guionistas y un director latinoamericanos, a punta de cafés Starbucks y llamadas Skype, escriben sobre la crisis artística y personal de una ex estrella de Hollywood mientras monta una obra en Nueva York. Una imagen a lo menos intrigante, que me lleva a preguntar ¿De qué hablará Iñárritu cuándo habla de Broadway?

Fotograma de Birdman, 2014
Aparentemente Birdman pretende ser una sátira o crítica al mismísimo corazón teatral e intelectual norteamericano, a través de sus estereotipos. Los clichés, inteligentemente tratados, llevados al extremo, pueden reventar en nuevos significados, pero aquí nada estalla, salvo la sensación de dejá vu, como si fuese la representación de otra representación. Pareciese que director y guionistas tomaron como verdades definitivas, como canon, lo que algunos cineastas americanos (John Cassavetes o Woody Allen) ya habían contado sobre ese mundo, confundiendo la forma externa (conductas, actitudes y hasta ademanes) por interna, y de ahí empezaron a escribir. Ahora, esas obras estaban llenas de significados correspondientes a sus autores y al momento en que se crearon; extraídos de su entorno diegético, pierden sentido. “Toda forma teatral es mortal, ha de concebirse de nuevo; en ese sentido el teatro es relatividad” advertía ya Peter Brook en su libro El espacio Vacío. Así, con significados “muertos” y ajenos, salvo un par de temas que contemporizan la historia, pero que quedan en simples enunciados, Birdman se queda en pura forma, tal como el técnico, virtuoso e impostado plano secuencia que encierra a la película.
Cabe la posibilidad de que Iñárritu midiera conscientemente la intensidad de su obra, incomodar lo justo y necesario para asegurarse el éxito; el cineasta es parte de la tríada de directores mexicanos que tan buenos dividendos ha reportado a la industria hollywoodense, y a quienes han sabido recompensar ampliamente. No se arriesga, y para disimularlo, en un final y melodramático gesto dirigido a platea, lanza a su protagonista al vacío.

Fotograma de Birdman, 2014
Vuelvo a mi imagen inicial. Ya no me intriga sino inquieta: deja ver el sometimiento ideológico de algunos cineastas, no solamente latinos, al imaginario americano, contribuyendo a reforzar, sin cuestionar, su mitología cultural, y que en Birdman se admira a sí misma, una vez más.

Gif de Birdman, 2014
Francisca García, 2016
Trailer de Birdman
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