Angel heart, 1987
Al principio solo había noche
Fotograma de Angel heart
Pues bien, ¿si el genealogista se toma la molestia de escuchar la historia más que de alimentar la fe en la metafísica, ¿qué descubre? Que detrás de las cosas hay “otra cosa bien distinta”: «en absoluto su secreto esencial y sin fechas, sino el secreto de que no tienen esencia, o de que su esencia fue construida pieza por pieza a partir de figuras que le eran extrañas (…) Lo que se encuentra al comienzo histórico de las cosas, no es la identidad aún preservada de su origen –es su discordia con las otras cosas–, es el disparate. (Michel Foucault, 1971)
A veces, la experiencia cotidiana deviene una serie de extrañas correspondencias y entrecruzamientos de signos. Pareciera ser que todo habla, o más bien, murmura el mismo mensaje. Se materializa una nueva unidad, a partir de estos pequeños choques fortuitos de realidades aleatorias. El artículo que prosigue es el resultado de estas inesperadas y bienvenidas correspondencias.
Releyendo Nietzsche, la genealogía, la historia de Michel Foucault me vino a la cabeza Angel Heart: película basada en la novela Falling Angel (William Hjortsberg, 1978), que me impresionó bastante en su momento y, de la cual, hace poco días leí un comentario de Ramón Freixas en su libro El sexo en el cine y el cine de sexo. Según Freixas, este séptimo filme de Alan Parker, fue catalogado como cine X en su momento de estreno, lo que llevó a Parker a recortar ciertas escenas. No sé cuáles fueron, pero me lo puedo imaginar. Sólo hay dos secuencias sexuales, –una de ellas sutil y la otra suficientemente agresiva como parar hacer saltar las alarmas censoras de la época; y regresivamente las actuales–, así que no hay demasiado que buscar, pero también hay un par de escenas muy intensas de ritos vudú y danzas paganas, de modo que la violencia se expresa en sus diversos rostros en este híbrido film.
Harry, un hombre común de Brooklyn
La historia es un cruce de géneros de cine negro, thriller y fantasía, y consiste en la búsqueda de una persona perdida durante la guerra, hace doce años. Louis Cyphre (Robert De Niro), un tipo excéntrico, algo hortera, y supuestamente rico, le encarga al detective privado Harry Angel (Mickey Rourke) que localice a Johnny Favourite, un famoso músico –cantante– de jazz de los años 40, para saldar una deuda con él. Según Cyphre, él es un tipo convencional que cree en el honor y en la venganza «ojo por ojo…» y esas cosas, y además, detesta que no le cuadren sus cuentas, por lo tanto, quiere dar con su paradero.
Harry (Harold), el típico detective soberbio y decadente –como su ciudad–, comienza la búsqueda, intentando reconstruir el pasado de este misterioso músico que desapreció sin dejar rastro, aparentemente, puesto que a medida que retrocede en el tiempo, escudriñando en el pasado de Favorite, van apareciendo sangrientas e insólitas pistas, las cuales lo acercan cada vez más a la religión y a la magia negra, –cosa irrisoria para Harry, puesto que es ateo: «Yo soy de Brooklyn».
De este modo, Harry emprende una extraña genealogía para dar con Favorite; poniendo en marcha un gran carnaval del tiempo en el que las posibles pistas (caras) de Favourite reviven y se disuelven en un charco de sangre y progresiva desesperación.
El detective y la genealogía
Aquí me detengo un momento en el sentido del término genealogía que usaré en este texto para establecer la relación con el trabajo del intrépido detective Harry. Como he adelantado en la cita introductoria de Michel Foucault sobre el desarrollo nietzscheano de la genealogía, este concepto, o metodología de búsqueda, no consiste en ir al origen «sagrado, noble y verdadero» de las cosas. Al contrario, el concepto de origen nietzscheano tiene un doble sentido: en primer lugar, significa retroceder (y reconstruir) a las cosas en tanto que invención (Erfindung) –es por tanto, “una artimaña, un artificio, una práctica de magia negra»–: significa también la procedencia (Herkunft) –el tronco, pero no entendido como pertenencia de un individuo, un sentimiento o una idea a un grupo, sino como «las marcas sutiles, singulares, subindividuales que pueden entrecruzarse en él y formar una red difícil de desenmarañar”, es decir, lo que lo distingue del grupo–.
En segundo lugar, significa emergencia (Entstehung) –“el punto de surgimiento, (…) se produce siempre en un cierto estado de las fuerzas en tensión. El análisis de la emergencia debe mostrar el juego, la manera en que luchan unas contra otras, o el combate que llevan a cabo frente a circunstancias adversas, o también la tentativa que realizan (dividiéndose contra ellas mismas) para escapar de la degeneración y recuperar vigor a partir de su propio debilitamiento”.
Todas las cosas que viven mucho tiempo se han impregnado paulatinamente tanto de razón que parece inverosímil pensar que su procedencia sea insensata. ¿Acaso no se siente esa exacta historia de una génesis como algo paradójico y ofensivo? (Friedrich Nietzsche, Aurora, 1)
Sin saberlo, Harry emprende un viaje al Hades, un descensus ad inferos, recorriendo la topografía siniestra trazada, desde el principio, por Louis Cyphre, quien le manipula y lo lleva a su terreno. En ese viaje sin retorno, todos los elementos mencionados de la genealogía nietzscheana entran en juego, metamorfoseados y dotados de hilos que tejen la red, la trampa para Harry; su irónica búsqueda en la que, en realidad, el objeto perdido ha estado siempre en frente de él, oculto.
A medida que avanza su investigación, comprende que todos los vestigios de Favourite, su Herkunft, le llevan a un camino incomprensible y amenazante1La mirada que el objeto de estudio nos devuelve, siempre es amenazante (Lacan, S11, 103), trazado por la religión y a la magia negra: el obeah; vudú, con unas absurdas y oscuras lineas. Poco a poco comienza a sentirse presa de un engaño, de un truco macabro que lo sumerge en una serie de circunstancias sórdidas y turbias como el asesinato, fuertemente simbólico, de los testigos que interroga. Al igual que Kurtz (de «El corazón de las tinieblas», de Conrad), favourite es un hombre siniestro, un espíritu que emerge de la nada y hace realidad todos sus deseos, sin ningún tipo de censura, borrando así los límites entre de lo real y lo fantástico2«Lo bello y lo siniestro». Eugenio trías, 2022.
Confundido e inquieto después del encuentro con su primer testigo, seguido del crimen del doctor Fowler, se encuentra con Cyphre en un restaurante italiano, mientras éste desayuna huevos –para algunas religiones, el símbolo del alma, según Cyphre–, y le dice a su cliente que él no está interesado en un trabajo así:
Empezó a dominarme la sensación de que estaba haciendo el tonto y corría en pos de quimeras. (Harry; El ángel caído, cap. 9 )
Cyphre le ofrece más dinero y Harold continua con la investigación, pese a las dudas y a su oscura intuición: ¡Estupendo! Hasta ahora tengo a un fanático religioso por cliente. Tengo que encontrar a Johnny “garganta de oro” y no sé donde está. Tengo a un líder de banda decrépito en un asilo de Harlem. Comenta a su amiga periodista del Times mientras intiman después de que ella le diera información y unas fotos de Favorite.
El descenso al laberinto
Harry camina entre dos dimensiones, la real; las huellas biográficas de Favorite, los testigos y los lugares por lo que ha pasado su objeto de búsqueda, y la fantástica que se despliega mediante visiones involuntarias de una escena que no comprende y elementos simbólicos con los que Parker sintetiza y transforma detalles o capítulos de la novela de Hojrtsberg, como el sueño que tuvo Harry en que tenia un gemelo u otros personajes que no salen en el filme o salen transfigurados, como la amiga periodista del Times que en la novela es su amigo Walt Rigler.
Ahondar en el pasado para traer el objeto perdido al presente, es el punto donde detective y genealogista se juntan. Crear un mapa con los datos y lugares recorridos para recrear el sentido del objeto y la significación de la búsqueda, por lo tanto, establecer una teoría que satisfaga a Harry y a su excéntrico cliente. A medida, que recupera las piezas del puzzle comprende que Favourite ha dejado tras de sí, transgresiones, pequeñas catástrofes que afectaron a las personas cercanas a él; rastros que comienzan a rasgar, progresivamente, la dimensión de su propia realidad. Persigue a una persona más bien odiada que decepcionó a mucha gente. Nadie quiere saber de él, por miedo y desdén. La linea de investigación ha levantado el primer velo que envuelve al objeto de búsqueda: Todos coinciden en que era un hombre supersticioso, oportunista y que sólo era querido por quienes no le conocían. Pero que todos coincidan en la interpretación no significa que la búsqueda será más fácil.
Al contrario, un grupo de hombres persigue a Harry y le insta a dejar la investigación; de hecho, se enfrenta físicamente con ellos un par de veces. Al mismo tiempo que lucha con estos matones está en punto de mira por la policía que va siguiendo el rastro de los crímenes que acontecen a su paso. En este sentido, la oscura identidad de Favourite no se le desvela, no emerge, sin conflictos de poder y ajuste de cuentas. Pues parece ser que la propia Entstehung de Favourite es producto de un combate entre oscuras fuerzas y circunstancias adversas, que siguen prologándose en el tiempo, alcanzan al propio detective que comienza a perder las coordenadas de su realidad interior y manchan de sangre la investigación.
¿Pero, a qué se debe el relato catastrófico que se escribe alrededor de Favourite, y que tiene que ver Cyphre con todo eso? ¿Porqué Harry a sido requerido para este trabajo?
La sospecha se hace más acuciante. La verdad sobre Favourite, el siniestro, ha sido desde el principio enmascarada y Cyphre no le ha dicho todo lo que sabía:
«– Harry: Puedo decirle que las cosas no van demasiado bien. Averigüé muchas cosas, pero Favorite sigue sin aparecer.
– Cyphre:¡Lamentable!
– Harry: He encontrado todo tipo de brujería… y tres cadáveres. […] Todo este caso tiene que ver con la religión, es muy extraño. No lo entiendo, es un asco.
– Cyphre: Se dice que las religiones del mundo incitan al odio, pero no al amor. […] El futuro ya no es lo que era. ¿Conclusiones?
– Harry: No tengo. Lo único que sé es que Johnny anda por ahí matando a sus conocidos. Y en todo los casos se me culpa a mí. Me están engañando y eso me aterra. ¿Por qué no me dice de una vez que diablos sucede aquí?
– Cyphre: Se trata solamente de J. Favorite y de la deuda que tiene conmigo. Señor Angel, mi concepción de honor es algo anticuada. Ojo por ojo y cosas así. […] Estaré aquí uno o dos días en la ciudad, si averigua algo… o necesita más dinero…
– Harry: ¡No! ¡Es suficiente! Pero si no llevo cuidado por cinco mil dólares me darán cita para la silla eléctrica».
(Dialogo entre Harry y Cyphre en una iglesia al rededor del min. 1:22:25 aproximadamente)
Recordemos que al comienzo del relato Harold le pregunta a Cyphre porqué lo eligió para el trabajo y cómo dio con él. Cyphre sonríe y le pregunta si recuerda a Johnny Favourite. Harry le contesta que no. Tampoco le conoce por su nombre verdadero, Jonathan Liebling. Cyphre le explica que le ayudó en los comienzos de su carrera de cantante, pero después éste se fue a la guerra y volvió con severos problemas mentales: Amnesia de guerra, por la cual fue internado en un hospital psiquiátrico. Pero cuando fue a visitarlo, Favourite ya no estaba ahí. Harry le dice que no suele ocuparse de este tipo de casos, pero que hará todo lo posible por encontrarle.
Desde el principio de la película se establece un contraste entre la ingenuidad de Harry y la ambigua malicia de Cyphre, quien le mira con sorna y sospecha, casi todo el tiempo. Desde el primer encuentro entre ambos pareciera ser que Cyphre se ríe de Harry. Este intuye algo, que le da escalofríos, pero sigue adelante con la investigación muy bien pagada. En clave psicoanalítica, podríamos interpretar la figura de Cyphre, como una especie de Superyo, que ya no es una instancia ética, sino más bien una instancia obscena que ordena cosas imposibles y que humilla y se ríe del yo3Una referencia cinematográfica esencial de esta faceta obscena del superyo, es el cine de Hitchcock. El paradigma de esta instancia maligna es la madre de Norman, en «Psicosis»..
Porque esta identidad, bien débil no obstante, que tratamos de reunir y preservar bajo una máscara, no es más que una parodia: lo plural la habita, innumerables almas se enfrentan en ella; los sistemas se entrecruzan y se dominan unos a otros. (Foucault, 2014, p. 66)
Siguiendo con la perspectiva nietzcshe-foucaultiana de esta interpretación, vemos representados los usos que determinan el sentido histórico de la investigación sobre el pasado. El primero es el uso paródico y bufón: Este “hombre mezclado y anónimo –que ya no sabe (no sabemos) quien es–“ está oculto entre cientos de máscaras, –en primer lugar, todas las facetas que Harry ha obtenido de Favourite y en segundo la imagen ambigua de Cyphre que no se da a conocer hasta el final del film. Pero además, estas identidades encontradas al final, son un mito–.
El genealogista (el investigador de Angel heart) ha de trabajar con estas máscaras: las llevará al extremo, hasta irrealizar la “pálida individualidad” en otras tantas identidades reaparecidas. Lo que se consigue con esto es poner en evidencia que no hay una esencia identitaria y que por lo tanto, lo que se busca es una construcción tejida en el tiempo, un artificio… “la identidad aún más irreal que el Dios que la ha trazado”.
Por la naturaleza de la historia de Hojrtsberg, podemos añadir el segundo uso nietzscheano de la historia que es la disociación identitaria. En este punto, la película es paradigmática, ya que la disociación es el tema oculto central del relato. Disociación y ocultación: Ni Harry es quién cree ser, ni Cyphre es quien aparenta ser, y ambos entran en un tétrico juego descendente y paródico de identidades superpuestas. En realidad, la historia consiste en la búsqueda de un sujeto perdido, pero ese argumento sólo es la superficie. A medida que Harry se adentra en las fauces del intramundo trazado por Cyphre va cambiando, la ingenuidad inicial se transforma en una lúgubre certeza, extraña y por momentos fantástica y onírica que le anuncia que es él mismo el que está en el centro de todo el embiste organizado por Cyphre.
Desencadenar la Palabra y arder
Y llegados a esta dimensión del laberinto infernal, que recorremos con Harry, podría extender el desarrollo de esta interpretación a la articulación propia del discurso moderno4que inaugura Nietzsche –como también Freud y Marx, según Foucault: consistente en una “redefinición del espacio mismo de la producción de una nueva manera de leer la escritura del mundo”. El espacio mismo que entra en crisis en el film es el propio Harry, que poco a poco se sumerge en un juego de inversión que ha estado velado por el trauma, enterrado en ese breve pasado oscuro y bélico del que viene, debido a una lesión cerebral por la que tuvo que volver a Manhattan. Ese espacio ha sido reconstruido por Cyphre, quien por el único deseo de cobrar lo que le pertenece, es decir, el alma perdida de Favourite, le incita a cruzar, adentrarse en él, hasta el descubrimiento fatal: desde el comienzo se ha buscado a sí mismo. Y desde el comienzo, no ha sido más que una pieza de ajedrez en el tablero trazado por su perseguidor, Cyphre. El diablo.
En clave psicoanalítica, esta búsqueda genealógica, no es sino la retrospección del yo hacia el Id, orquestada por el Superyo. Podríamos decir que Cyphre en toda su ambigüedad, juega dos papeles subyacentes, el del Superyo, es decir el Padre, el gran Otro (en este caso, el padre-diablo) interiorizado, pero también es una especie de terapeuta siniestro que incita al Yo (Harold Angel) a reconocer y ver el trauma que el síntoma ha disfrazado, velado, por la crudeza y lo insoportable de esas experiencias más primarias; la instancia del Id (Johnny Favorite), la pulsión en su máxima expresión y su doble cara; la vida y la muerte en una extraña y diabólica conjunción orgiástica.
Al final se revela el gran disparate. Sucede que hace dos décadas o más Johnny Favourite hizo un pacto con el demonio para ser una estrella, cosa que consiguió, pero luego, como era lo propio de un alma ruin y cobarde, no quizo aceptar la parte del pacto que le correspondía, es decir, darle su alma a lucifer, Louis Cyphre, Lucifer el bufón máximo, del que hasta «el nombre es ridículo»… el que le ha engañado desde el principio con sus tretas absurdas, sangrientas y su superpresencia hortera y siniestra. Favourite quiso engañar al diablo, robando el alma de Harold Angel… pero ¿quién puede engañar al demonio? ¿Quién puede engañar a la muerte? En el intento no hizo más que retroceder al principio de los tiempos, rompiendo la cadena evolutiva y, con ello, todas las normas humanas esenciales, como el interdicto del asesinato y el incesto. Su viaje es un retorno a lo prehumano, a la bestialidad primordial. Al Id. Eso descubre Harry (El Yo) yendo al origen de su investigación, nada de verdades puras, nobles y eternas, al principio de todo, sólo sangre, pulsión y egoísmo… solo pequeñas, o grandes –tanto da– luchas de poder y el miedo más grande de todos, la propia muerte. Ese es el origen de la humanidad.
Y con este genial gesto siniestro, Angel heart da un salto de lo individual a lo general, de la historia baladí de un decadente detective de Brooklyn a la historia primitiva del melancólico homo sapiens y sus tres instancias psíquicas. De esta manera podríamos decir que se cumple el tercer uso nietzscheano de la historia; el sacrificio final del sujeto de investigación en manos de su preciado objeto perdido, él mismo. Al final, no es más que un microsistema que pone en marcha el gran sistema del relato. El relato vulgar y al mismo tiempo originario, el mito de su propia existencia.
Finalmente, me gustaría hacer notar lo siguiente: La profundidad y riqueza de lenguaje literario de Hojrtsberg es recompensado por la belleza estética y la síntesis del lenguaje cinematográfico que Parker, como pocos, puede conseguir. No sólo omite y distorsiona datos de la historia, sino que la reconstruye a través de una arquitectura de planos y tiempos que hacen de la interpretación de Harry Angel, Louis Cyphre y Epiphany Proofond una de las maravillas más oscuras, perversas y existencialistas del cine contemporáneo. Elementos como el ventilador se convierten, como la figura del doble, la música de fondo –diegética y extradiegética–, los latidos y el murmullo que pronuncia el nombre de Harry, en las pistas que el espectador tiene a su disposición para vaticinar el sentido del film.
Trailer
Carla Souza, 7 de agosto de 2022.
Debe estar conectado para enviar un comentario.